En lo que se refiere al estilo, a veces las cosas más bonitas surgen de lo inesperado: la forma en que reaccionan los colores cuando se combinan por casualidad o la forma en que cambia una silueta cuando la ropa cae de forma inesperada. Inspirada por esa casualidad, Rabens Saloner ha creado una colección de verano que celebra la alegría de la ligereza y la comodidad al vestirse y el encanto de la casualidad feliz.

Tomando una paleta de colores de las pinturas de silicona orgánica del artista contemporáneo Lev Khesin, un fondo de negro gráfico, blanco y gris cristal se combina con toques atrevidos de fresa, jade y cáscara de limón para agregar un toque dinámico y optimista. Los tejidos son ligeros y vaporosos, lo que le da una actitud despreocupada a la vestimenta de verano, mientras que las texturas juegan con el contraste entre lo brillante y lo mate o lo orgánico y lo ordenado.

La sastrería de lino en azul tiza tiene una silueta holgada pero sexy con pantalones súper anchos combinados con un top bandeau mientras que una gabardina clásica se corta para convertirse inesperadamente en un vestido de verano. La ropa de abrigo ligera de temporada juega con la textura en una blusa corta hecha de un jacquard con remolinos irregulares y una chaqueta acolchada en amarillo brillante con una costura de tejido oversize. Para más tarde en el día, una chaqueta de esmoquin ligera combinada con pantalones cortos crea una versión informal y actualizada de un traje clásico de Le Smoking.

El tie dye, como siempre, es el eje central del universo de Rabens Saloner y es quizás lo último en estampados orgánicos, ya que cada pieza se crea a mano con resultados ligeramente diferentes. Esta temporada, una multitira pintada a mano al azar enfatiza las siluetas largas y fluidas, mientras que un efecto suave y moteado le da una calidad única tanto a los vestidos de té con corte bias como a las sudaderas deportivas. Por otra parte, se utiliza un estampado estriado llamativo para lograr un efecto dramático en una chaqueta y un pantalón.

A medida que un brillante día de verano se transforma en una cálida noche, la misma sensación de ligereza relajada impregna la colección. El glamour discreto se ejemplifica con lentejuelas de color rosa rubor mate en camisetas sencillas y faldas asimétricas, mientras que las camisolas y los vestidos inspirados en la lencería combinan el satén con una interpretación contemporánea y orgánica del encaje. Las prendas de punto también se mantienen ligeras como una pluma con suéteres de mohair teñidos a mano y tops de telaraña e incluso los accesorios muestran un sentido informal del glamour con sandalias de tiras confeccionadas con cuerda y bolsos de mano gigantes hechos de nylon técnico. Después de todo, como bien sabe la chica Rabens, el verdadero estilo puede surgir de los lugares más sorprendentes.